- Fernando Vallejo, Director General en bicg
Las organizaciones viven constantemente amenazadas por el cambio, por la irrupción de nuevos competidores, por giros bruscos de 180º en las tendencias del consumidor, por cisnes negros u otros factores que pueden poner “patas arribas” sus resultados financieros. Este contexto de ausencia de océanos azules hace que se requiera de ecosistemas de innovación en donde probar y experimentar de forma constante nuevas soluciones o productos.
Lo que hasta ahora había sido relegado al negocio de las Tecnologías de la Información (TI), se ha extendido a cualquier tipo de industria, siendo clave en aquellos altamente competitivos, como puede ser la industria alimentaria, del retail, financiero… entre muchas otras.
Innovación como estrategia para el crecimiento empresarial
Estos ecosistemas son espacios físicos, pero también procesos, modelos organizativos y por supuesto culturales en los cuales la autonomía, libertad y tolerancia al error son fundamentales.
Generar el espacio adecuado para favorecer estas dinámicas de trabajo ha sido una de las líneas de trabajo más enriquecedoras para bicg en los últimos años.
Las claves para diseñar un concepto adecuado para favorecer la innovación son:
- La oficina basada en la actividad es también idónea para generar el entorno óptimo:
La innovación puede tener diferentes formas en función del tipo de negocio. No es lo mismo innovar con un producto alimentario, un servicio financiero o una solución tecnológica. Las actividades que se desarrollar en torno a la ideación, prueba y experimentación tienen diferentes formas: catas, manipulación, ideación conceptual, seguimiento de proyectos, interacción con stakeholders… En función de las necesidades deben adoptarse soluciones espaciales específicas, teniendo una amplia oferta de tipologías espaciales dentro de la oficina. - Generar serendipia:
Disponer de lugares de intercambio, encuentro y serendipia, donde “pasen cosas” que acerquen a los profesionales y aumente su interacción de forma espontánea. Para eso es fundamental dotar dentro del espacio de oficina de zonas destinadas al encuentro, descanso y colaboración informal. - Utilizar la arquitectura como estrategia para modificar los comportamientos:
Se sabe que el uso de formas sinuosas, mobiliario que fomente la interacción o el acceso a la naturaleza y espacios abiertos modifica la conducta de aquellos que habitan dicho espacio, incrementando el desarrollo creativo frente a otros entornos físicos. Usar estos elementos entre otros hace que los profesionales tengan un espacio de trabajo dirigido a potencial su creatividad. (McCoy, J. M., & Evans, G. W. (2002). The potential role of the physical environment in fostering creativity. Creativity Research Journal, 14(3-4), 409–426. - Alinear el espacio y la tecnología:
En este caso alinear no implica siempre una alta dotación tecnológica. En todo caso nos referimos a disponer de las herramientas tecnológicas que facilitan las actividades en aquellos lugares en los que la tecnología es un facilitador. Pudiéramos encontrar lugares en los que se prioriza el trabajo manual y la introspección, eliminando otros estímulos tecnológicos innecesarios. En todo caso lo relevante es la dotación estratégica y su facilidad para poderla usar e incorporar en las actividades a realizar. - Traer espacios de otros contextos a la oficina:
La innovación no pertenece exclusivamente al ámbito corporativo, de hecho, me atrevo a decir que posiblemente los momentos más creativos hayan ocurrido en situaciones alejadas de una oficina, realizando actividades cotidianas como socializar, hacer recados o pasar tiempo en familia. La combinación de este factor con la hibridación de los espacios en los que cada vez más se entremezclan los usos hace favorable abrir el abanico de espacios para dotar a los centros corporativos de otros lugares que enriquezcan las actividades y por tanto que puedan generar mayor creatividad e innovación entre sus profesionales. - Los ecosistemas de la innovación traspasan la frontera de la oficina:
Gracias a modelos organizacionales flexibles y a las herramientas tecnológicas, el trabajo del conocimiento rara vez está vinculado a un espacio de trabajo concreto, lo que genera que en gran medida puedan aparecer otros lugares donde desarrollar actividades que además favorecen la creatividad y la innovación. Dar la posibilidad de ir más allá de la oficina es clave para poder desafiar los límites físicos de la ideación.
Alineación de tecnología y espacios físicos
Pero, sobre todo, el éxito de un proyecto de este tipo radica en aunar no solo los aspectos más materiales, sino generar una cultura de trabajo y una organización de los equipos que permita dar lugar a la innovación. De nada sirve disponer de un espacio idóneo para generar comportamientos creativos cuando la cultura de la organización no favorece la tolerancia al error, la incertidumbre, el trabajo colaborativo o la autonomía de los profesionales. Es por este motivo por el que desde bicg contamos con una metodología centrada en la integración de disciplinas, con equipos multidisciplinares que dan asesoramiento completo tanto en materia de espacios como procesos, tecnología o cultura y gestión del cambio.
Algunos de nuestros proyectos más relevantes en esta línea puedes encontrarlos en nuestros casos de éxito, cómo son Telefónica IoT, Mercadona Jarrods o ABB, entre otros.