La evolución del ecosistema laboral industrial: un reto urgente e ineludible

- Carlos Lozano Ehlers, Director General en bicg.

La necesidad de mejorar el compromiso de los empleados, la comunicación, la colaboración, el liderazgo, la capacitación digital, el propósito sostenible y la integración cultural en las empresas industriales es más acuciante que nunca en un contexto de incertidumbre y alta competencia.

En la actual era de competitividad empresarial, las empresas industriales se enfrentan a unos retos que requieren una gestión eficiente y un enfoque estratégico organizativo. La seguridad, la calidad, la productividad, la sostenibilidad y la rentabilidad son fundamentales para el éxito de cualquier empresa industrial, y lograr un rendimiento sobresaliente en estas áreas depende en gran medida de factores como el compromiso, la comunicación, la colaboración, el liderazgo, el propósito sostenible, la capacitación digital y la integración cultural en la plantilla y la dirección.

Veamos cada uno de estos factores por separado, destacando los riesgos y elementos a desarrollar para destacar en el contexto actual:

1. Motivación hacia el compromiso: trabajar para mejorar el trabajo

Fomentar el compromiso de los empleados es vital para alcanzar los objetivos de la organización.

Para mejorar el compromiso, las empresas industriales deben aplicar estrategias que promuevan un entorno de trabajo positivo, el reconocimiento y el desarrollo profesional. Esto incluye ofrecer oportunidades de formación y desarrollo, fomentar una cultura de reconocimiento, alentar el intercambio de ideas y proporcionar un equilibrio entre la vida laboral y personal, entre otras cuestiones.

2. Comunicación expansiva: más allá de la mera comunicación eficaz

La comunicación eficaz es un pilar fundamental de cualquier organización. En entornos industriales, donde la seguridad y la precisión son fundamentales, la falta de comunicación puede provocar accidentes, errores costosos y retrasos en la producción.

Es esencial implantar un modelo de comunicación expansivo, basado en sistemas de comunicación claros, y promover una comunicación abierta entre todos los niveles de la organización. Esto incluye la formación en habilidades de comunicación -especialmente para los líderes- y el uso de la tecnología de la información para facilitar la transferencia de información relevante.

3. Colaboración interdepartamental: cuando los vínculos están desconectados

La colaboración interdepartamental mejora la eficacia y la calidad de la producción. Los silos organizativos pueden obstaculizar el flujo de información y dificultar la resolución de problemas.

Deben fomentarse los equipos interfuncionales y la interacción entre áreas para optimizar los procesos. Esto permitirá una mejor coordinación, la identificación de áreas de mejora y la optimización de los procesos.

4. Liderazgo eficaz y humano

Un buen liderazgo es esencial para guiar al equipo hacia el éxito, especialmente en cuestiones de seguridad y calidad. Los líderes deben tener conocimientos, ser inspiradores y estar dispuestos a tomar decisiones difíciles cuando sea necesario.

Las empresas deben invertir en el desarrollo de habilidades de liderazgo, identificar y promover a los líderes internos y asegurarse de que los líderes están alineados con la visión y los valores de la organización.

5. Cultura digital: la emergencia del perfil «One Collar”

La robotización de los sistemas de producción, la irrupción de la IA generativa en las áreas de gestión, la creciente proximidad entre gestión y producción a través de plataformas digitales integradas y la adopción de la fabricación aditiva están propiciando también un mayor acercamiento entre los llamados perfiles blue collar y white collar. Esto está dando lugar a un nuevo perfil de profesional en el entorno industrial, mucho más versátil y digital en su trabajo diario, que denominamos one collar.

Por ello, cada vez es más necesario formar a todos los profesionales en el uso de las herramientas digitales y desarrollar sus competencias en este aspecto. Pero no se trata sólo de formar sobre dispositivos, aplicaciones y sistemas digitales. El éxito de la implantación requiere un enfoque más amplio que incluya el desarrollo de competencias, la integración tecnológica, los cambios organizativos y el fomento de ecosistemas innovadores. En otras palabras, la creación de una verdadera cultura digital.

6. Integración cultural y sostenibilidad.

La integración cultural es la base que une todos estos aspectos. Una cultura organizativa fuerte y cohesionada proporciona un marco para la toma de decisiones, el comportamiento y la identificación con la empresa. Las empresas industriales deben trabajar para crear y mantener una cultura que fomente la responsabilidad, la seguridad, la innovación y la excelencia. Esto implica definir los valores corporativos, promover la diversidad y la inclusión e implicar activamente a todos los empleados en la construcción de la cultura.

Pero qué ocurre si el proceso cultural se queda en un mero ejercicio de buenas intenciones, declaraciones triunfalistas y, en el peor de los casos (y ocurre en muchos) una incoherencia entre lo que se dice y lo que se hace en la práctica. Esto haría que los trabajadores perdieran la confianza en la estrategia y la visión de la organización, abriendo una brecha difícil de salvar.

Entonces, ¿cómo materializar este compromiso con la cultura de la organización y cómo vivirlo en el día a día?

La respuesta es la ya mencionada cohesión y participación de los profesionales en la definición de los aspectos culturales, así como tener un enfoque sostenible para la transformación de las formas de trabajar en la organización.

En este sentido, hace unos años, en bicg desarrollamos un modelo de sostenibilidad ambiental, social y de gobernanza (ESG) que conecta, de forma práctica, las actividades, políticas, dinámicas y cultura de la organización con los estándares internacionales de sostenibilidad ESG, asegurando la coherencia entre el propósito y la práctica del trabajo y las operaciones (Imagen 1).

Imagen 1. Matriz de iniciativas ESG por bicg.

En bicg hemos adoptado estos principios, integrándolos en nuestro modelo de sostenibilidad ESG para alinear nuestras prácticas con las normas mundiales. ¿Los resultados?

Una escalada de productividad que se traduce en un aumento de hasta el 6-7% en la eficiencia del tiempo de campo, un salto cualitativo en la integración de la mano de obra obrera y una imagen corporativa renovada que resuena con fuerza en el mercado.

Los profesionales se benefician de un acceso sin precedentes a la información, que no solo ha mitigado los conflictos sindicales, sino que también ha catalizado la optimización y reinvención de los espacios de trabajo.

Estas nuevas formas de hacer han dado lugar a la creación de experiencias de trabajo enriquecedoras, construidas sobre la piedra angular de la adopción tecnológica. La flexibilidad, ahora más que nunca, se convierte en el estandarte bajo el que se completan turnos más eficientes y actividades contractuales más ágiles. En este escenario, la ejecución de paradas programadas, antaño sinónimo de inercia, se desarrolla ahora con una velocidad que redefine lo que significa ser productivo.

El mundo industrial evoluciona rápidamente. Únete a bicg en esta transformación y superemos juntos los límites del progreso. Actúa ahora para redefinir el ecosistema de trabajo industrial hacia un futuro limitado únicamente por nuestra ambición de mejorar.

Compartir: