En 1997, unos años antes de fundar bicg en 1999, trabajaba en el instituto alemán Fraunhofer IAO en Stuttgart cuando, colaborando en el lanzamiento del proyecto de investigación Office21, presentamos nuestra visión sobre lo que creíamos que iba a ocurrir en las próximas décadas en el mundo del trabajo que se resumía en:
- Las tecnologías de información y comunicación (internet, tecnologías móviles, miniaturización etc.) iban a protagonizar y espolear un cambio en nuestra forma de trabajar como nunca la habíamos visto antes.
- Y esto iba a hacer que nuestra forma de trabajar, ilustrada a través del cubo que muestro más abajo, se “moviera” tridimensionalmente en tiempo, estructura y lugar. Esos 3 vectores eran bastante estáticos en 1997: se trabajaba normalmente en un lugar, un determinado tiempo y en una estructura fija. Pero entonces ya pensábamos que ese escenario se iría flexibilizando paulatinamente hasta viajar a una realidad (tal vez utópica) en la que se trabajaría cuándo, cómo y dónde quisiésemos.
Ahora, 27 años desde el lanzamiento de Office21 y 25 años desde la creación de bicg seguimos inmersos en el mismo paradigma: las tecnologías (impulsadas ahora por la inteligencia artificial, inteligencia aumentada, etc.) van a seguir transformando nuestra forma de trabajar a una velocidad que nunca antes hemos visto y nuestros tres vectores también siguen flexibilizándose inexorablemente (sin duda la Pandemia ha ayudado a acelerar este proceso en una amplia mayoría de la sociedad).
No obstante, mirando hacia atrás, lo que creo que realmente nos ha distinguido en bicg durante estos 25 años, no es sólo haber sido parte de esa visión de futuro para orientar a nuestros clientes sino, mucho más, el cómo lo intentamos hacer realidad en nuestros proyectos.¿Cómo hacemos real el “viaje” para cada uno de nuestros clientes?
Diría que hay fundamentalmente tres aspectos que nos diferencian:
Uno. Nuestro origen e hilo conductor, gracias a nuestra colaboración en estos 25 años con el Instituto Fraunhofer IAO, nos ha permitido seguir adquiriendo conocimiento y mantenernos en la primera fila de la innovación en este contexto de cambios y evoluciones tan acelerado.
Dos, la integración de disciplinas. La capacidad de unir disciplinas que aparentemente pudieran parecer desconectadas pero que a nuestros ojos siempre fueron líneas que debían converger en una estrategia común:
- La primera es la transformación cultural y la gestión del cambio, si los cambios los hacen las personas hay que empezar por cambiar a las personas para que puedan acometerlos.
- Después vino la arquitectura, el diseño de nuestros entornos de trabajo. Pronto nos dimos cuenta de que era un vehículo muy poderoso para transmitir lo que se quiere ser como compañía y hacerlo visible y palpable.
- Y seguimos avanzando e incluyendo disciplinas dentro de nuestro enfoque. La tercera fueron los procesos, que tenían un valor diferencial en la adopción de los cambios en la forma de trabajar y en el éxito cuantificable de las transformaciones. Así surgían las formas de trabajo Lean, Lean-Sigma, Agile, etc.
- Vino a continuación la profesionalización de la comunicación, tanto interna como externa, creando una pequeña agencia de comunicación interna en la que integramos el acompañamiento que hacemos a nuestros clientes durante los procesos de transformación creando piezas y campañas de comunicación, que no solo tienen un impacto hacia dentro en las organizaciones, sino que han demostrado ser una valiosa herramienta tanto para atraer nuevo talento, como para mostrar la coherencia de los mensajes que dan las organizaciones hacia dentro y hacia fuera. Nosotros a esto lo llamamos hace ya más de una década Company Experience (Company Experience = Employee Experience + Customer Experience)
- Y finalmente en 2017 nos dimos cuenta de la enorme cantidad de datos que se generaban en las organizaciones en todo lo relacionado con las formas de trabajo. Fue entonces cuando creamos Digital Solutions: un equipo dedicado a capturar, entender y visualizar toda la información que generan estos datos y proponer soluciones y aplicaciones que nos ayuden a simplificar la toma de decisiones en todo este ámbito, creando una especie de gemelo digital de nuestra forma de trabajar.
Y tres. La pasión que nuestros equipos ponen en cada proyecto. Ya que, aunque nuestro trabajo se sustenta sobre una metodología robusta, contrastada y científicamente avalada, a diario nos toca buscar nuevos caminos para conseguir un éxito mayor entendiendo que nuestro trabajo es siempre para, por y con las personas… y todos sabemos que no hay dos organizaciones iguales como tampoco hay dos personas iguales.
Así, con estas herramientas en nuestro maletín acompañamos a nuestros clientes en sus caminos de transformación retándoles a diario y animándolos constantemente a ir más allá, o como solemos decir nosotros: a que se atrevan a tirar la piedra lo más lejos posible. Y es que sigue siendo cierto, que ninguno de nuestros cientos de clientes me ha dicho jamás al final del proyecto que tenían que echarse atrás, que se habían pasado de innovadores… y en cambio, más de uno sí me ha dicho, que si volviese al principio ahora se atrevería con más.
No olvidemos que en este mundo tan cambiante: ¡la forma de trabajar más innovadora de hoy mañana ya será de ayer!
Me siento muy agradecido por estos trepidantes 25 años:
- Gracias a nuestros clientes, que han confiado y se han dejado retar, desafiar y han elegido muchas veces el camino difícil lejos de su zona de confort.
- Muy especialmente, quisiera agradecer al increíble equipo que forma y ha formado parte de bicg, que no solo realiza un trabajo metodológicamente riguroso y preciso, sino que además se adapta de forma muy creativa a cada desafío que se encuentra… y todo ello poniendo sostenidamente una pasión admirable en todo lo que hace.
Gracias otra vez… ¡esto solo es el principio!
Iñaki Lozano Ehlers
CEO bicg.
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